Las Gemas del Poder – Capítulo 4: El Bosque de las Identidades Notables

8 de febrero de 2024.

Ya son tres las Gemas del Poder encontradas y la moral se encuentra alta entre los altos muros de Mathtown. No es así en el exterior. Las hordas de ecuaciones furiosas asolan todo Mathland. Los informes sobre ataques e incursiones son cada vez más frecuentes y los refugiados llegan cada vez en mayor número a las murallas de Mathtown.

El Equation Master cada vez muestra peor aspecto. Demacrado y agotado pasa los días y las noches en su laboratorio matemático de la Gran Biblioteca.

Una mañana reúne al grupo. Hay nueva información sobre el paradero de la cuarta Gema del Poder, la Gema del Grado.

– “Se me ha sido revelado” – comienza con voz fuerte y rotunda, a pesar de su agotamiento evidente – “que la Gema del Grado está en posesión del Señor del Bosque de las Identidades Notables”.

El grupo se estremece. El Bosque de las Identidades Notables es uno de los lugares más mágicos y extraños de todo Mathland. Las leyendas hablan de la fascinante belleza del bosque y de los seres feéricos (hadas y duendes) que lo habitan. Las leyendas también avisan que su belleza es directamente proporcional a la letalidad del lugar, que te puede hacer perder la noción de la realidad y atraparte para siempre.

– “A pesar de la fama de lugar peligroso”- continua el Equation Master – “el bosque es un lugar libre de maldad. Si no lleváis con vosotros malas intenciones al entrar, el bosque no os causará mal alguno”.

No muy convencidos, el grupo parte hacia el Bosque de las Identidades Notables con la misión de encontrar al Señor del Bosque y convencerlo para que les entregue la Gema del Grado.

Bordeando la Costa Norte de Mathland, el viaje es tranquilo pues evitan adentrarse en el Páramo del Paréntesis y en la Ciénaga del Corchete.

En la pequeña ciudad portuaria de Punta Incógnita hacen parada y escuchan rumores de que las cosas no marchan como siempre en el Bosque y que un aura de maldad se respira por los alrededores.

Cuando por fin entran al Bosque, la suspicacia está a flor de piel. A pesar de ello, la fascinante y cautivadora belleza del lugar los atrapa al instante.

En el Bosque de las Identidades Notables la exuberante vegetación es colorida y alegre, mariposas de diseños geométricos vuelan despreocupadamente y una sensación de felicidad inunda sus corazones y los llena de gozo. Alguna seta de gran tamaño (algunas con puertas y ventanas) asoman entre el frondoso paraje de vez en cuando.

De pronto, una ecuación les corta el camino. Los reflejos de combate, entrenados cuidadosamente por el Equation Master, hacen reaccionar al grupo como un equipo supercoordinado.

Los más observadores se dan cuenta de que algo no va bien. La ecuación no tiene el aspecto amenazador de otras ecuaciones con las que se han encontrado anteriormente. Algo no va como debiera.

Efectivamente, cuando llega el momento final, las incógnitas desaparecen y queda la expresión 0=0.

Confundidos, el grupo no encuentra lógica a lo que está pasando. La “ecuación” lejos de estar destruida se ríe feliz. Su risa es cristalina y algo estridente.

– “No le hagáis caso” – exclama una voz entre la maleza. – “Es una traviesa identidad. No tienen maldad, pero les gusta tomarles el pelo a los viajeros extraviados”.

El dueño de la voz es un pequeño duende. Gracias a él aprenden que son las Identidades y como distinguirlas de las ecuaciones. El Bosque está lleno de las pequeñas y traviesas identidades y, una vez que saben como identificarlas, el grupo se divierte jugando con ellas.

Pero no todo es alegría, entre las identidades aparece una algo distinta. Al resolverla llegan a 0=5. Saltan todas las alarmas. ¿Qué está pasando aquí?

Y así descubren el misterio del Bosque. Ecuaciones Sin Solución se han colado entre las inocentes identidades y poco a poco están acabando con ellas. Ese es el aura de maldad de la que hablaban los puntaincognitenses con los que habían hablado.

Olvidando su misión original, el grupo empieza a perseguir y a destruir a todas las Ecuaciones Sin Solución. Cuando terminan, agotados pero felices, una figura imponente aparece ante ellos. Un gran Unicornio Algebraico, el último de estos nobles y poderosos seres que quedan en Mathland, se alza sobre un pequeño montículo.

– “Habéis prestado un gran servicio al Bosque.” – dice con su mágica voz – “Soy el Señor del Bosque y vuestro noble gesto será recompensado. Las estrellas me hablaron de vuestra llegada. Justo después del alzamiento de Ph ́abley-Thor.” – hizo una pausa dramática en la que miró fijamente a todos los aventureros y aventureras – “Sé por qué habéis venido y vuestra causa me parece justa”.

Inclinando su noble cabeza hasta que su largo y brillante cuerno toca el suelo, el Señor del Bosque invoca la ancestral magia algebraica de su raza, y la Gema del Grado aparece ante ellos.

Y así, con el permiso del Señor del Bosque, emprenden el regreso triunfante a la Gran Biblioteca de Mathtown.

(continuará…)